Fecha: 12-05-2020
En los Juegos Olímpicos de la antigüedad (Grecia, 776 a. C.-393 d. C.), no existían las medallas. Los ganadores de las competiciones eran convocados al templo de Zeus para recibir como premio una manzana o una corona de olivo y laurel. Sin embargo, la verdadera recompensa para los triunfadores era "EL HONOR Y LA GLORIA", además de las narraciones épicas sobre sus victorias que escribían los historiadores y poetas de aquel entonces.
Así llegaron hasta tiempos actuales las leyendas de Leonidas de Rodas, el gran atleta del mundo antiguo, o de Cinisca, la princesa espartana que fue la primera mujer en ganar una competición olímpica.
Con la inauguración de los Juegos Olímpicos modernos, en Atenas en 1896, las medallas hicieron su aparición.
Fuente: BBC MUNDO.